El mundo de la cultura española despide a José Manuel Gorospe, actor, productor, gerente y director con una extensa trayectoria en las artes escénicas y audiovisuales. Falleció en la capital española a los 81 años, según confirmaron a EFE fuentes cercanas a su familia.

Gorospe desempeñó un papel fundamental en la gestión y producción cultural de España durante más de cinco décadas. Fue fundador de la Filmoteca Vasca, director del Teatro de Cámara del Gran Kursaal de San Sebastián y ejerció como director técnico del Festival Internacional de Cine de San Sebastián durante cinco años.

En su amplia carrera también trabajó en el Festival de Mérida, fue gerente del Ballet Nacional de España en la época de Antonio Ruiz Soler, conocido como Antonio el Bailarín, y ocupó cargos clave como jefe de producción en el Teatro de la Zarzuela, adjunto a la dirección del Palau de la Música i Congressos de València y director del nuevo Teatro de Madrid.

En 2004 asumió la dirección de festivales de la Dirección General de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid, consolidando su papel como una de las figuras más influyentes en la programación y gestión cultural del país.

Producciones teatrales y aportes artísticos

Entre sus trabajos como productor destacan obras de gran trascendencia, como La dama de Alejandría, de Calderón de la Barca, pieza que reinauguró el reconstruido Teatro Español de Madrid en 1980. A esta le siguieron títulos como Fedra, de Miguel de Unamuno; la ópera Amaya, de Jesús Guridi, dirigida por Enrique García Asensio; o La evitable ascensión de Arturo Ui, de Bertolt Brecht, bajo la dirección escénica de José Carlos Plaza.

El grueso de su vida profesional estuvo vinculado a las artes escénicas, pero también desarrolló una faceta como actor. Su debut cinematográfico fue en “Posición avanzada” (1966), de Pedro Lazaga, al que siguieron títulos como “Días de viejo color” (1968), “Akelarre” (1984), de Pedro Olea, y “A los cuatro vientos” (1987), de José A. Zorrilla, entre otros.

Un legado cultural irrepetible

Con una carrera marcada por la innovación, la gestión de instituciones de referencia y el impulso a grandes producciones teatrales y cinematográficas, José Manuel Gorospe deja un legado imprescindible para la cultura española. Su trabajo consolidó puentes entre el público y las artes, y lo convirtió en un referente indiscutible de la gestión cultural en España.